sábado, 28 de mayo de 2011

John Keats:

La poesía de la tierra

Cómo hacer algún comentario sobre Keats, teniendo en mente, como debería tenerse siempre cuando se lee o habla de Keats, el estupendo ensayo sobre su vida y obra que escribió Julio Cortázar. Pero las siguientes palabras no tiene más objetivo que hacer una breve referencia y decir unas superficiales impresiones sobre la edición y sobre la poesía en general de este gran poeta inglés.
La poesía de la tierra es una compilación de algunos sonetos y odas de Keats, traducidos y seleccionados por Ana Bravo y Javier Adúriz. Es deber decir que los textos seleccionados son sin duda los mejores y la traducción es un envidiable logro. Dejando esto asentado, nos queda por comentar algo sobre los poemas seleccionados. El título de la compilación está extraído del primer verso del poema A la cigarra y el grillo, un soneto que representa claramente la tendencia estructural y temática de la obra general de Keats. Sus sonetos, gramaticalmente, tienden a confrontar y comparar dos o más situaciones u objetos distintos, ubicados con el simple esquema 1-2 / 3-4. De esta manera, la breve enumeración del objeto temático con sus virtudes o defectos son comparados entre así y a un tercer objeto, generalmente más profundo, filosófico o humanista en general, con lo cual se logra, con esta modalidad de versos y temas pareados, una especie de teorema poético. Este planteamiento cuasi matemático es una manera más de esquematizar y organizar las impresiones poéticas para que sean más claras tanto al autor como para el lector. No olvidemos que Keats proviene de un siglo rico en el desarrollo intelectual, tanto humanista como científico, y las matemáticas representaron la avanzada como la tecnología virtual en nuestra época contemporánea. Esto no quita sensibilidad a los poemas, sino una forma más clara de acercamiento al sentimiento individual, una especie de análisis sentimental y filosófico que tranquilamente podría llamarse una escuela del psicologismo del siglo XX. Porque qué es sino, la teoría psicoanalítica de Freud, sino una creación surgida de los ámbitos más cerrados de la imaginación, allí donde lo escondido toma forma y se encausa en caminos que la ciencia y sus métodos van inseminando en la estructura mental del hombre, desde la conciencia hacia el inconciente y en camino inverso, sucesivamente y sin interrupción. Keats habla con una lucidez despiadada de la naturaleza y su relación con el hombre, a través de poemas que son parábolas en forma de poemas intelectuales. No hay sentimentalismo, por más que la época que rodeó a Keats o una lectura superficial quiera ver superfluidades donde hay una mirada sutil, delicada y a la vez certera de la condición humana. Los poemas de Keats poseen una amargura nacida de la contemplación de la brevedad y la futilidad de la vida, pero esta amargura no cae en un pesimismo paralizante, sino que se basa en un orgullo positivista, un orgullo altivo de la vida. En el poema Por qué reí encontramos en el tercer párrafo: "esta misma noche podría dejar de ser, ver jirones en las banderas del mundo". Este terrible verso conmueve por lo irreversible y lo verdadero de su significado, sin embargo nos dice que a la vez que esta angustia no es la del hombre solo, sino la de la humanidad. Una pena no es tanta si es compartida, incluso, como se dice en el último verso de este mismo poema: "más intensa es la muerte, el premio mayor de la vida". ¿La muerte es un premio? Si pensamos en el significado positivo que implica la palabra premio, tal vez la muerte no sea un castigo sino una recompensa. Entonces, lo negro se torna blanco, y lo triste esperanzado. Las Odas de Keats se caracterizan porque nos hablan, entre otras cosas, de la dicotomía del tiempo y la inmortalidad. En escasos poemas se nos habla de esto de manera más clara y conmovedora como en la Oda a una urna griega, donde apenas mirando unas figuras muertas esculpidas en una vasija, vemos que no están tan muertas, sino que reviven y sobreviven al tiempo. Ellas son inmortales. Otras odas, como Oda al ruiseñor, Oda a la melancolía, Oda a Psique, no son meramente cantos, sino reflexiones filosóficas donde se funden las teorías y pensamientos como la descripción y la alabanza del objeto que inspiró la oda. Aquí el objeto temático y las reflexiones sobre esto están amalgamados de un modo que el lector se siente partícipe, involucrado en esta especie de sistematización lírica. Releer estos poemas de Keats es como leer en las figuras de la antigua urna que lo inspiró alguna vez. Versos escritos hace casi dos siglos no solo nos reintegran al pasado, sino también nos dicen con una despiadada belleza no exenta de lirismo que las preocupaciones reales del hombre son siempre las mismas, y la búsqueda de respuestas renueva las preguntas, siempre que éstas sean hechas con las más altas herramientas de la poesía y el conocimiento.

1 comentario:

  1. no tengo abogado ni recursos para defenderme, pero llevo tu blog a mi muro facebook para compartir con mis amistades. te dejo abrazo

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