No quebraré los brazos de la noche
para escaparme de tu olor
ni limpiaré con lavandinas diluidas
tu endorfina fantasma
Un palmo incierto te separa del mío
Pican las ronchas
en la almohada olvidada de Dios
y es todo asco el mundo afuera
arca sin dueño
sobrecargada bajo el ojo de Noé
desde la luna
Ya no me insistas
madre que alimentás el miedo sin querer
llorando en paralágrimas
tu viejo Paraguay
subtrópico encendido
de tu niñez alérgica y fluvial
Se van yendo tus días de metano
aunque construya represas en las horas
y no pueda decir porqué te quiero
sin que suenen alarmas de emergencia
allá al fondo de la casa
tras las plantas
donde ríe tu alegría encapsulada
entre esas nueces y otras uvas
que vas dejando de lado sin probar.
Gracias por el regalo, Edu.
ResponderEliminarMe voy a probar las uvas del fondo de este poema, por ella y por mí... Besosssssssssssss. Conce
Concepción Bertone
Conmovedora muestra de poesía; mis más sinceras felicitaciones al amigo, al poeta.
ResponderEliminarBueno, entré: ¡qué grande Farmer! No sabía que al niño Espósito le gustaba esa literatura. Bien, saludos.
ResponderEliminarWalter
De ciencia ficción lo tuyooooo!!!!!
ResponderEliminar!bravo!
Saludossssssss