Imaginemos dos personas, X y Z.
X le reprocha a Z algunas cuitas relacionadas con la conducta de Z, y para rematarla dice "no se puede ir por la vida..." En el lugar de los puntos suspensivos viene un gerundio y un complemento de ese gerundio.
Esa frase, en general, fuere con el gerundio que fuere y con el complemento que se le ocurriere al interlocutor, me convence. No sé por qué, pero puede con mi voluntad, tiene una fuerza descomunal, suena a una certeza hija de una observación minuciosa de las cuestiones vitales.
Casi siempre, señalé, me convence. Salvo en el improbable caso de que yo mismo fuera parte de la conversación y representara el triste papel del personaje Z.
domingo, 21 de febrero de 2010
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Felicitaciones, Fabián. Microficción de la buena. Saludos.
ResponderEliminarNo se puede ir por la vida, escribiendo tan buena petit-ficción. Te convencí, Fabián? Un abrazo.
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