No acabé de escribirle
Cuando me llegó su
Mensaje
¿Todo bien?
No, mi papá se murió
Me dijo.
Yo estaba leyendo y claro,
Tuve que optar
Delante de mí
se abrían
Dos caminos
Y como siempre en esos casos
En que hay que optar
Por dos caminos
Me sentí partida
Entre dos rutas
La situación y
Yo éramos una tajada
De sandía
Fresca
Al medio
De un plato verde
el jugo se derramaba sobre
El mantel a cuadros
amarillos
No podía decidir si darle un mordisco
(A la situación)
O seguir mirando ese cuadro que
Se presentaba:
ajeno,
bruto.
El de la muerte
Jugosa
Candente
Y las semillas como gusanos
Dispuestos
El mensaje volvió a llegar
y de nuevo,
con alguna variante.
me necesita,
pensé.
Pero yo no podía explicarle
Que la sandía
Y el plato
Y el manantial jugoso
Y el mantel
Y la semilla
Y el amarillo
Y el Libro
Que estaba leyendo
Y los caminos
Eran más fuertes
Que dos palabras
Que no eran originales
Que no eran mías
Pero como siempre
En esos casos
En que hay que elegir
Tomé el camino
Más conocido
Y le respondí:
Lo siento.
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me encanta este poema, carina
ResponderEliminarbienvenida!
Novedoso modo "de decir"; con cadencia y ese tono al mejor estilo existencialista. Me pareció un buen poema y lo disfruté. Gracias! un abrazo. Susana Lizzi
ResponderEliminarwww.susanalizzi.blogspot.com
pero,"lo siento" ¿a qué?
ResponderEliminarUn poema jugoso, que -creo- logra escapar
ResponderEliminara las trampas del tan meneado "objetivismo"
(ah, si nuestros objetivistas escribieran como
william carlos williams)y despliega su propuesta
con eficacia y contenido vuelo poético. Las
reiteraciones marcan una cadencia que va
puntuando la vacilación de la protagonista,
hasta el final: "lo siento".
Saludo de
jorge ariel