sábado, 5 de septiembre de 2009

Labio que amé, rosa en la cumbre

no sé por qué importan ahora los huesos de clemencia tariffa
atada a una cama en el manicomio de santa marta
como si fuera ella parte de mis desvelos o alegrías
labio que amé
rosa en la cumbre

pero también me llama

escucho así

la trampa de panero en mondragón
o indagar si carlos véspoli ha muerto nuevamente

la carpa de Godoy
en mar del plata
edith vera cayendo en la botánica

y esa insistencia
de la poesía
en nuestros cuerpos

su gran luz
cubriéndonos de vendas.

2 comentarios:

  1. contundente!!
    fuerte y enfrentante a sucesos de la mente y de la vida en cualquier lugar, o dolorasamente aquí tan cercanamente
    cariños

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  2. Juan Perez de Moya8 de abril de 2010, 1:04

    Este es un poema que te preocupa, este formato, Alejandro, es maduro, lo feliz es el conjunto, viste Ale yo, siempre ecuménico, tengo una duda ¿Cómo puede ser un sombrero lupino? y encuentro nuevamente "y esa insistencia
    de la poesía
    en nuestros cuerpos"
    Este poema me hace pensar en la capacidad de ofensa, del poder, de la... de tu capacidad estanlineana para dictarnos. Pocas personas deben conocer tu capacidad para el improperio es claro igual a tu "labio que amé
    rosa en la cumbre" esta metáfora...
    Orientaciones: la rosa en la cumbre esta bastante sucia cuando la usas para insultar.

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