Yo quiero cautivar tu desesperación,
oh mono adiós.
Francisco Madariaga
Ella sabe que hace tiempo
los monos llamaban a la cara de la gente
para sentir más dolor
En ocasiones la máscara contestaba
Un oráculo bípedo vendiendo redención
Lo evolutivo expuesto al mundo
como un diente de leche
Ella sabe de la brutal desfoliación
barriendo el sotobosque
De cuánta sed necesitan los mandriles
para no morir de agua
De cómo nos volvimos esta Cosa
para vergüenza y escarnio de otros seres
Ella teje escarpines para monos
bufandas mudas de cobre y esmeralda
Todavía llora cuando le preguntan
por el hijo desteñido de la especie.
No sé si el poema es de Espósito, o solo es él quien lo trajo a este lugar; en cualquier caso quiero decir que me parece estupendo y deseo que, si es posible, me informéis de su autor;
ResponderEliminarMaqroll el Gaviero (llegué aquí por el mensaje en Ciudad Seva).
maqrollelgavieroatento@gmail.com
Hola, Eduardo. Celebro este espacio de comunicación. Muy interesante el poema, mira hacia atrás y cuando avanza crea un camino alternativo, que no es, pero que podría ser, nunca se sabe.
ResponderEliminarUn abrazo
JULIA MUZZOPAPPA
Qué decirte, cerrar la página con este poema !genial!
ResponderEliminarFelices años Eduardo, que el proximo nos encuentre caminando bípeda o trípeda o con 14 patas alejandrinas, sonetas o versalibres (las prefiero)como fuere mientras sea con poesía.
Saludos!!!